domingo, 25 de marzo de 2007

CINEMA TESTOSTERONA. Ya vi 300.

Hoy he visto en horario de tarde la super (?) producción basada en el comic 300 de Frank Miller. Tranquilamente, en el cine Albéniz a las cuatro de la tarde, con tres gatos más en la parte de atrás de la sala grande. Y he podido estirar las piernas y todo.

El interrogante de antes se debe explicar. ¿Se puede llamar superproducción a una película que se ha grabado en interiores y con una pantalla de croma? Sí, salen miles de soldado persas, flechas a mansalva, elefantes, rinocerontes, una flota entera de barcos. Pero son solo píxeles. El concepto que manejábamos de superproducción debe ser revisado.

Bueno, la película muy bien, entrenida, que es lo que se pretende. ¿No? Es todo un espectáculo visual, y no comparto las críticas de algunos profesionales que acusan a su director de abuso del recurso de cámara lenta. Yo creo que está muy bien usado, que a esta historia, que viene de un cómic, le pega, y que aporta a la cinética del film una nueva dimensión, teñida de un surrealismo hiperbólico que incide postivamente en la tensión del drama.

Lo único que criticaría, y tendría que verla otra vez, es ese tufillo Bush administration de persas, viciosos, putañeros, malvados, amantes de la tiranía, deformes con los dientes afilados, frente a los griegos rectos, monógamos, democratas y cachas marcando tableta de chocolate. Y la pena de que el traidor, se parezca más a los persas que a los griegos. De todas formas, el amigo Leónidas, también se las trae.

¿Tendrá algo que ver esta impresión mía con lo que pasa ultimamente entre los EEUU e Irán, o es que mi paranoia habitual se acentúa?

Ah, y el que se duerma en las escenas donde hay mujeres y se habla, que me lo ha comentado alguien, es que es un simple.

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