sábado, 28 de abril de 2007

LA POSIBILIDAD DE UNA ISLA. Houellebecq goes to Carboneras beach.

Aghhh. Recuperándome de una salida nocturna con profesores. ¡Quien me lo iba a decir! Estoy en casa de mi amigo Chato, mientras un tipo le coloca la cocina y él ha salido a hacer unos encargos. Ya he empezado el preoperatorio y cada mañana y cada noche me limpio los ojos con unos sobrecitos especiales. El miércoles es el gran día.

Mientras escurro mi miedo al viento, os voy a contar qué estoy leyendo ahora. Bueno, como siempre son varios los libros que tengo entre manos, pero os voy a volver a citar a Monsieur Houellebecq. En concreto, el libro que me vampiriza en estos días es La Posibilidad de una Isla.

En este volumen, M. H narra en primera persona los últimos años de Daniel, sus relaciones sexuales amorosas (con Isabelle y con Esther, esta última una candidanta a actriz, española, de 22 años) y su contacto con una secta cuyos miembros aseguran que el ser humano alcanzará la inmortalidad. El autor, famoso por sus monólogos cáusticos en los que mezcla la provocación con una visión fría y cruel de la existencia, toca como siempre temas filosóficos, sociales, políticos y científicos. Habla de clonación y sexo, de juventud y vejez, de violencia y deseo…y gran parte de la trama transcurre en Almería. Alucina, vecina.
Precisamente hay una gran posibilidad de que este fin de semana/puente acabemos en Almería, que no es una isla, pero casi. Al menos en mi imaginación.

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