sábado, 20 de diciembre de 2008

MAYERLING

Hoy he visto Mayerling, dirigida por Terence Young y con Omar Shariff y Catherine Deneuve en los papeles principales.

El 30 de enero de 1889, un príncipe austriaco que sabía que nunca sería emperador y su amante adolescente aparecieron muertos en el pabellón de caza de Mayerling, a las afueras de Viena.

Las hipótesis más fantásticas han llegado a proponer un envenenamiento urdido por los francmasones, o un desesperado suicidio de Rodolfo tras la muerte de María debido a un aborto fallido.

Las opiniones más lógicas apuntan a que el archiduque Rodolfo, a quien su padre había apartado de las tareas de gobierno por sus flirteos con la oposición húngara y su participación en una conspiración para resucitar el reino de Polonia, tuvo miedo de que sus veleidades políticas salieran a la luz y obligó la jovencísima María a acompañarle en el último viaje.

Según el comunicado oficial de la casa imperial, el archiduque Rodolfo, único hijo varón del emperador Francisco José y su esposa Isabel (la desdichada Sissi, elevada a la categoría de mito del cine rosa en la piel de la no menos desgraciada Romy Schneider), disparó un fusil de caza sobre la baronesa húngara María Vetsera, de 17 años, que habría aceptado seguir a su amante en un pacto último de pasión y muerte.

La tesis oficial nunca fue aceptada por los adversarios políticos del emperador y los escritores románticos aprovecharon la circunstancia para convertir a los dos amantes en figuras de novela.

La película narra de forma conmovedora una historia de amor imposible.

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